Mientras el alma sufre la opresión de un cuerpo, el ibis de la ilusión revolotea sobre la cabeza, como hiciera en el paraíso.
Pero sólo unos pocos son capaces de divisarlos y admirar su belleza. Entonces es cuando se contagian de su esperanza por la vida, de una existencia placentera en esta dimensión del universo.
Silvia Añover
fotos de: http://avesphoto.com/