Arturo y Clementina

de Adela turín, ilustrado por Nella Bosnia.

Editorial Kalandraka

Me reencontré con Arturo y Clementina en la Feria del Libro de Madrid, el año pasado. Y por supuesto, tuve que comprarlo. Es uno de mis libros favoritos, no sólo porque me gustan las tortugas, como podéis imaginar; sino porque idolatro a los personajes valientes que luchan por ser feliz.



 Este es el caso de Clementina, que ve como su vida se convierte en lo que no había imaginado. Yo actualizaría en el cuento, que nació en 1976,  algo que quizá solucionaría su problema de pareja. Quizá debería hacer consciente a Arturo de sus necesidades y de su visión de la vida, antes de tomar medidas drásticas. 

Lamento que Arturo no aprendiera nada de lo que había pasado. Es posible que después de treinta años, haya conseguido entender por qué Clementina se marchó.

                                                       En la contraportada comenta como este libro forma parte de una colección publicada en Italia, para la Coeducación y la Igualdad. Esa es la razón por la que se lo leo a mis alumnos, y les invito a reflexionar cómo habrían actuado ellos.